¿Sabías que orgasmo y eyaculación no es
lo mismo? En el hombre, entendemos por orgasmo a las contracciones
musculares de los llamados “pubococcígeos”, acompañada de una sensación
física y psicológica placentera, que generalmente se vive como la
descarga de la excitación sexual.
La eyaculación es la expulsión del semen,
que normalmente se produce junto con el orgasmo y a través del meato
uretral que podemos observar en la punta del pene. Ahora bien, un
entrenamiento sistemático puede conducir a que ambos fenómenos, orgasmo y
eyaculación, se separen, lo que permite alcanzar varios orgasmos
consecutivos sin perder la erección. Eso es lo que llamamos “coito
reservado”, o también “orgasmo seco”, y forma parte de una práctica
característica de quienes aplican el Tantra a su vida sexual.
El orgasmo sin eyaculación es un camino
para el coito prolongado, lo que no es un ideal para todas las parejas,
pero sí una posibilidad que muchas desean explorar. No pretendo que
aprendas la técnica leyendo un simple artículo, ya que hay libros,
terapias y cursos que se dedican a esto. Pero de todos modos algunas
pautas pueden ayudarte a dar los primeros pasos.
En general al escalón inicial de la
técnica se accede por medio de ejercicios masturbatorios. Variando los
niveles de excitación, reconocerás diferentes puntos de placer que
pueden estar más cerca o más lejos del orgasmo. Especialmente en la zona
límite vas a notar dos momentos: la inminencia, que es el cosquilleo
que te anticipa que pronto vendrá la eyaculación, y la inevitabilidad,
caracterizada por la sensación de que eyacular es algo imposible de
frenar. Si logras hacer esta distinción has avanzado bastante, y el paso
siguiente es que entre una y otra etapa investigues métodos de corte
que te permitan llegar al orgasmo pero sin eyacular. Algunos hombres
simplemente frenan –en una línea temporal muy fina, de fracciones de
segundo-, otros presionan firmemente el perineo –entre los testículos y
el esfínter anal- con un dedo, o quizás respiran profundo.
Cuando logres el primer orgasmo sin
eyaculación, lo que a veces requiere de semanas o meses de práctica, vas
a aplicar lo aprendido junto con tu pareja. A veces la misma excitación
sexual que te produce el contacto sexual, o la ansiedad por rendir,
boicotean este último paso. Pero con constancia, paciencia y ganas de
potenciar tus habilidades eróticas todo se logra.
El resultado: un disfrute diferente,
menos centrado en la descarga sexual y más enfocado en el placer. Como
dicen los orientales, pensar menos en el destino y gozar cada instante
del camino recorrido.
Fuente: discoverymujer.com
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