Una investigación reciente dedujo que
éste no existe, argumentando que podría ser un producto de la
imaginación estimulado por las revistas y los terapeutas sexuales. Dicho
estudio realizado por el equipo del King’s College de Londres fue hecho a mil 800 mujeres y no se encontró ninguna prueba de la existencia de dicha zona.
El sexólogo Miguel Alejandro Espinosa Díaz comenta sobre esta área: “El punto G
(nombrado así en honor a su descubridor Grafenberg), es un remanente
de tejido y células prostáticas capaces de producir líquido parecido al
seminal, además de orgasmo y se encuentra en la pared anterior de la
vagina, esto es, estando una mujer acostada e imaginando un reloj sobre
su vientre, el punto G habría que localizarlo entre las once y la una,
es un área sensible que al ser estimulada presenta cierta hinchazón y
sensación de placer.”
Datos sobre el estudio
De acuerdo con el sitio ciudad.com.ar y
con el especialista coautor del estudio Tim Spector, es virtualmente
imposible encontrar rastros reales del punto G y da como subjetiva la
idea de dicha zona femenina.
Espinosa Díaz, por su parte, asegura que
aunque existen estudios que dicen que todas las mujeres tienen punto G,
hay otros que lo ponen en entredicho, por lo que sería imposible afirmar
con plena certeza el dato, pero la tendencia indica que existe en
todas.
El estudio mencionado se realizó de la
siguiente manera: Las mujeres participantes eran gemelas o mellizas, se
les preguntó si tenían el punto G, si una de ellas respondía que sí se
esperaba a que la otra, con genes idénticos también la tuviera, eso no
pasó.
Sobre dicho estudio el especialista
refiere que es válido expresar lo que se piensa, especialmente si
existen pruebas científicas de nuevos descubrimientos, “ya que esto
incrementa el conocimiento humano y resulta muy útil, más allá de la
controversia, el verdadero valor es la experiencia de cada mujer.
“Es importante conocer y explorar el
cuerpo para encontrar los puntos eróticos, llámese punto G o no. Para
quien le interese el conocimiento teórico, este reporte de investigación
habría que confirmarlo con la investigación científica para conocer su
validez; a quien le interesa el práctico, es una invitación a seguir la
exploración y la comprobación de la posibilidad de su existencia, sin
que esta búsqueda se vuelva una obsesión”, explica Miguel Alejandro
Espinosa.
Si es verdad que existe, ¿cómo se llega?
El sexólogo dice que tomando en cuenta la
zona en la que se puede ubicar el punto G, o sea, en la parte anterior
de la vagina, “se puede estimular con el dedo y con el pene en ciertas
posiciones que a su vez exciten la pared anterior; asimismo, con un
vibrador u otro juguete sexual; más allá de detallar una técnica,
requiere una búsqueda de la pareja en constante comunicación para
conocer cuál es la sensación al tacto o contacto, si requiere mayor
presión o algún movimiento en especial.”
Sin embargo, asegura que las mujeres no
deben preocuparse, “no se trata de localizar aquí o allá, sino de
comprender que hay todo un mundo de sensaciones que se registran y que
ni siquiera tienen que ver sólo con el orgasmo, como si ése fuera el
único objetivo; hay múltiples posibilidades que ofrece el cuerpo antes
que quedarse con un pequeño modelo, incluso es posible tener orgasmos
sin una sola caricia.”
“Como lo dice Beverly Whipple, una de las
científicas que más estudios y difusión ha hecho sobre el Punto G: “El
clítoris es maravilloso, el punto G y las fantasías también, cualquier
cosa, menos pensar que hay sólo una manera de gozar”, finaliza Espinosa
Díaz.
Sin embargo, si ya te lanzaste a su
exploración, existen algunas técnicas para hacer mas fácil esa búsqueda:
una es examinar la vagina con los dedos indice y medio puestos en forma
de “J”, comenzando por la pared frontal (la mas cercana al hueso de la
pelvis) y moviendo el dedo en círculos.
Es importante para el éxito de la
indagación, que la mujer vaya indicando a su pareja, lo que va
sintiendo sin pretender que lo adivine. La zona en cuestión tiene una
textura áspera o estriada (que se diferencia de la superficie suave y
lisa del resto de la vagina), y al ser estimulada aumenta de volumen,
explica infosexual.net
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