Los desgarros vaginales son rasgaduras
producidas en la piel y los músculos que se encuentran sobre el orificio
vaginal o a su alrededor.
Dependiendo de la magnitud del desgarro,
éste puede ser superficial o profundo. En el primer caso, son leves y se
curan con un tratamiento mientras que, en el segundo, han de ser
reconstruidos con cirugía.
Causas de los desgarros vaginales
Gran parte de los desgarros vaginales son
causados en las relaciones sexuales, bien sea por la falta de
excitación de la mujer, por una penetración demasiado enérgica o por un
pene de gran tamaño.
La excitación sexual, genera en nuestra
vagina un lubricante natural que humedece las paredes vaginales y la
prepara para recibir el pene. Por ello, si la vagina no está lo
suficientemente húmeda y la penetración se produce de forma brusca,
corremos el riesgo de que se produzcan este tipo de lesiones en la
vagina.
Es importante tener en cuenta que la
sequedad vaginal no sólo se debe a la falta de excitación si no que, la
menopausia o tomar la píldora anticonceptiva, pueden causar desajustes
hormonales que den lugar a una reducción del flujo vaginal.
Por todo ello, antes de la penetración es
recomendable tomarse tiempo en los preliminares o utilizar lubricantes a base de agua para combatir la sequedad vaginal.
Qué hacer ante un desgarro vaginal
Si durante tus relaciones sexuales o de
forma permanente sientes dolor, se produce sangrado o tienes heridas en
el área vaginal, lo más habitual es que se deba a un desgarro y por
tanto, debes acudir a tu ginecólogo para que te diagnostique y te
prescriba el tratamiento indicado.
Si el desgarro es leve, te recomendará
total abstinencia por un tiempo, además de no realizar ningún deporte o
ejercicio que requieran esfuerzos en la zona y utilizar un jabón neutro
especial para la higiene íntima, cuyo uso es recomendable de forma
habitual.
Uno de los mayores problemas en la cura
de esta lesión es la humedad que la vagina alberga de forma natural, y
que hace más difícil la cicatrización. Para controlar la humedad y de
forma paralela al tratamiento, aplicar fécula de maíz ayudará a reducir
la humedad en la zona dañada, haciendo que la cicatrice más rápidamente.
Fuente: diariofemenino.com
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