La inmensa mayoría de los seres humanos
sueña con participar, al menos una vez en la vida, de esa fiesta de
cuerpos y sensaciones que es una orgía.
Pero muy pocos logran cumplir su sueño:
según estudios, la inmensa mayoría de los seres humanos nunca estuvo en
algo medianamente parecido a una fiesta orgiástica. Por eso, daremos a
continuación una serie de consejos que le permitirán a usted organizar
su propia orgía.
No invitar a familiares es altamente
aconsajeble, puesto que la cercanía de tíos, padres, primos, abuelas o
hermanos puede cohibirlo y llevarlo a no disfrutar del momento. Tampoco
es recomendable, por obvias razones, que invite a su pareja. Mucho menos
se recomienda invitar a aquella persona que no es su pareja pero de la
cual está enamorado: cuando la vea rodeada por todo el plantel de Bella
Vista, es probable que el amor decaiga.
Evite también a la gente demasiado
moralista y culposa, que arruniará la fiesta exclamando frases del
estilo de “si me viera mi marido”, “no puedo creer lo que estoy
haciendo”, “todos vamos a arder en el infierno”, “esto antes no pasaba”,
etc.
Pese a lo dicho en el punto anterior, es
importante tener en cuenta que, según estudios, sólo una de cada treinta
personas que son invitadas a una orgía, acude a la misma. Por lo tanto,
no se ponga demasiado exquisito al momento de invitar gente a la
fiesta: establezca criterios mínimos (ser occidental, por ejemplo) o muy
vagos (como ser honesto).
Es importante tener presente que la
orgía, más que parecerse a un régimen anárquico, es una democracia de
placeres donde los de uno se moderan y potencian con los de otros, lo
que técnicamente podríamos llamar “relajo con orden”.
Son importantes las reglas referidas a la
posesión de los cuerpos, puesto que igualan los derechos y permiten que
nadie se vaya, literalmente, con las manos vacías.
Por ello, dos cuerpos deben poder
manterse unidos por un tiempo máximo preestablecido (15 minutos, por
ejemplo, con una prórroga de 5), después del cual cada uno debe asumir
su unidad con otro u otros.
El reglamento, con la regla sobre la
posesión de los cuerpos, y otras de menor peso, (como no escupir, no
tomar mate o no molestar al compañero), debe ser leído antes de iniciado
el acto: la presencia de un escribano público en tal instancia,
sugerida por algunos especialistas, nos parece un exceso.
Se recomienda contratar a una persona que
vigile el cumplimiento de las reglas y que pueda, previa advertencia,
expulsar a algún miembro que no se adapte al reglamento.
Para evitar confusiones, es aconsajable
que el juez esté claramente identificado con un uniforme. Un uniforme,
en tales circunstancias, puede ser cualquier prenda.
Asegúrese de que los participantes se
hayan dado un baño al menos 48 horas antes de la orgía: si es necesario,
huélalos antes de que ingresen al lugar.
Disponga de un balde con agua, una
toalla, un jabón y al menos un cepillo de dientes en la habitación donde
tenga lugar la orgía: recuerde que eso de ser “sucios” en la cama es
solamente un recurso poético.
Para lucirse en una orgía es necesario
que el cuerpo se encuentre liviano, es decir, poco antes de la fiesta no
coma nada o, si lo hace, trate de no comer algo muy pesado. Tampoco
convide a los participantes con comidas pesadas: ofrecerles a los
invitados un guiso de porotos puede arruinar la velada.
7. Establezca lockers para guardar la ropa.
Antes de ingresar a la habitación, cada
participante deberá dejar la ropa en su correspondiente locker. Qué
hacer con la llave es una opción muy personal.
Según expertos, una orgía debe durar más
que un cumpleaños infantil pero menos que uno de quince, con intervalos
de 10 minutos cada una hora. Teniendo en cuenta tales convenciones,
delimite claramente el horario de comienzo y el de finalización.
La orgía debe comenzar luego de un
anuncio claro: “a la voz de aura”, “salimos” o “arrancandonga” son
gritos inaugurales posibles.
Para dar aviso del fin del encuentro,
puede recurrir a métodos indirectos, como toser y comentar “cómo se pasó
la hora”, u otros directos como prender la luz o ponerse a barrer.
Durante el desarrollo de la orgía, es
importante mantener los valores, ser educado y procurar respeto por las
demás personas: al igual que en la vida cotidiana, utilice el
”permiso”, el “muchas gracias” y el “buen provecho”.
Asuma la orgía con quienes asistan a la
misma: una vez adentro de la habitación, el partido se juega con los
jugadores que estén, y no vale decir “yo no juego”. Tampoco puede
negarse más de una vez, pues debe dejar a un lado cualquier tipo de
exigencia o reparo: si usted fuese una persona mínimamente agradable, no
se vería obligada al bochorno de tener que organizar una orgía.
Fuente: emilianotualaetcetera.blogspot.com
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