¿Qué es la ablación femenina? Es una
tradición muy antigua que consiste en mutilar los genitales de una niña o
de una mujer. Dependiendo de su etnia y de su nacionalidad, se le
extirpan total o parcialmente sus órganos sexuales externos.
Qué tipos de ablación femenina hay? ¿Es lo mismo que la circuncisión masculina?
Resumiendo, no. En la masculina, se quita la piel que cubre la cabeza
del pene. Para que fuera posible compararlas, la ablación femenina
tendría que quitar sólo la capucha del clítoris. Sin embargo, casi todas
las formas de mutilación genital femenina van mucho más allá de eso. (Compara la mutilación femenina con la masculina)
La ablación femenina tiene distintas nomenclaturas según la persona que habla de ella. A causa de los serios trastornos que acarrea para la salud que acarrea y de la violación de los derechos de niñas y mujeres, también se conoce como mutilación genital femenina. Algunas personas utilizan una expresión más neutral como el corte genital femenino, reconociendo que es un procedimiento que existe, pero evitando dar la falsa impresión de que es lo mismo que la circuncisión masculina.
La ablación femenina tiene distintas nomenclaturas según la persona que habla de ella. A causa de los serios trastornos que acarrea para la salud que acarrea y de la violación de los derechos de niñas y mujeres, también se conoce como mutilación genital femenina. Algunas personas utilizan una expresión más neutral como el corte genital femenino, reconociendo que es un procedimiento que existe, pero evitando dar la falsa impresión de que es lo mismo que la circuncisión masculina.
¿Ablación, corte genital o mutilación?
En Hablemos de Amor estamos al corriente del debate existente entre las tradiciones ancestrales y
los derechos humanos. También somos conscientes de que cualquier tipo
de modificación genital (corte, pinchazo, quemadura o estiramiento de
los genitales femeninos) puede causar serios problemas de salud para
toda vida. Estos problemas pueden ser tan graves que nosotros creemos
que el término apropiado para denominar a todos estos procedimientos
debe ser mutilación genital femenina.
Aún así, con el fin de ayudar a las niñas y mujeres ¨circuncidadas¨ (y a sus parejas), hemos tomado la decisión de usar los términos circuncisión femenina y corte genital femenino (CGF). Nuestro argumento para apoyar esta decisión no es negar la existencia de las graves consecuencias para la salud, sino aportar información que ayude a las víctimas sin traumatizarlas de nuevo.
Aún así, con el fin de ayudar a las niñas y mujeres ¨circuncidadas¨ (y a sus parejas), hemos tomado la decisión de usar los términos circuncisión femenina y corte genital femenino (CGF). Nuestro argumento para apoyar esta decisión no es negar la existencia de las graves consecuencias para la salud, sino aportar información que ayude a las víctimas sin traumatizarlas de nuevo.
Nuestro razonamiento
Las chicas y las mujeres que han sido sometidas a una ablación o
amputación genital no son, a menudo, conscientes de todos los riesgos
para la salud que estos procedimientos conllevan.
Las chicas y las mujeres que han sido sometidas a una ablación o amputación genital no son, a menudo, conscientes de todos los riesgos para la salud que estos procedimientos conllevan.
Incluso aunque lo fueran, se enfrentarían a circunstancias insuperables. En alguna culturas, a las niñas se las corta poco después de nacer. En otras culturas, las mujeres y las niñas nunca conocen a alguien que no haya sido ¨cortada¨, con lo que para ellas estar circuncidada es lo normal y no al revés.
Triple trauma
Llamar a alguien mutilada o anormal puede acentuar el trauma. En primer lugar, puede ser que la niña o la mujer no supieran que habían sido ¨mutiladas¨, pero cuando se las hace conscientes de ello es posible que se avergüencen de sus genitales.
En segundo lugar, y lo más probable, la operación se hizo sin su consentimiento, por lo que se sentirá traicionada por su familia, su comunidad o su religión. Y por último, el hecho de descubrir que han padecido sin que hubiera ninguna necesidad, y que las consecuencias de ello pueden durar toda su vida, no hace más que incrementar su sufrimiento.
Las chicas y las mujeres que han sido sometidas a una ablación o amputación genital no son, a menudo, conscientes de todos los riesgos para la salud que estos procedimientos conllevan.
Incluso aunque lo fueran, se enfrentarían a circunstancias insuperables. En alguna culturas, a las niñas se las corta poco después de nacer. En otras culturas, las mujeres y las niñas nunca conocen a alguien que no haya sido ¨cortada¨, con lo que para ellas estar circuncidada es lo normal y no al revés.
Triple trauma
Llamar a alguien mutilada o anormal puede acentuar el trauma. En primer lugar, puede ser que la niña o la mujer no supieran que habían sido ¨mutiladas¨, pero cuando se las hace conscientes de ello es posible que se avergüencen de sus genitales.
En segundo lugar, y lo más probable, la operación se hizo sin su consentimiento, por lo que se sentirá traicionada por su familia, su comunidad o su religión. Y por último, el hecho de descubrir que han padecido sin que hubiera ninguna necesidad, y que las consecuencias de ello pueden durar toda su vida, no hace más que incrementar su sufrimiento.
ORIGEN DE LA ABLACIÓN FEMENINA
El origen de la ablación femenina se remonta al antiguo
Egipto. Se cree que se extendió a través de las rutas comerciales desde
Egipto hacia el oeste de África y hacía Indonesia a través del Islam. Su
práctica es anterior al islam, al cristianismo y al judaísmo.
¿Dónde se practica actualmente?
Se produce principalmente en 28 países africanos y también en Omán, los Emiratos Árabes y Yemen. En menor medida, se puede encontrar además en algunas comunidades de la India, Indonesia, Malasia, Pakistán e Iraq. Debido a la migración en estos países, los inmigrantes han continuado con esta costumbre en sus países de destino: Canadá, EEUU, Holanda, Italia, Suecia, Reino Unido y Australia.
Ya que sólo un 20% de los musulmanes realiza la ablación femenina, no puede considerarse una práctica religiosa musulmana. Hay que destacar que algunos cristianos y unos pocos judíos la practican también.
Ablación femenina en cifras
La Organización Mundial de la Salud calcula que entre 100 y 140 millones de niñas y mujeres han sufrido alguna forma de ablación femenina. Y se cree que entre dos y tres millones más se llevan a cabo cada año.
¿Dónde se practica actualmente?
Se produce principalmente en 28 países africanos y también en Omán, los Emiratos Árabes y Yemen. En menor medida, se puede encontrar además en algunas comunidades de la India, Indonesia, Malasia, Pakistán e Iraq. Debido a la migración en estos países, los inmigrantes han continuado con esta costumbre en sus países de destino: Canadá, EEUU, Holanda, Italia, Suecia, Reino Unido y Australia.
Ya que sólo un 20% de los musulmanes realiza la ablación femenina, no puede considerarse una práctica religiosa musulmana. Hay que destacar que algunos cristianos y unos pocos judíos la practican también.
Ablación femenina en cifras
La Organización Mundial de la Salud calcula que entre 100 y 140 millones de niñas y mujeres han sufrido alguna forma de ablación femenina. Y se cree que entre dos y tres millones más se llevan a cabo cada año.