Grace se emocionó mucho al enterarse de
que iría a un campamento con sus amigas. Sin embargo, no sabía que como
toda niña de su comunidad asistiría a su rito de iniciación.
“Estábamos felices, porque no sabíamos
qué había allí”, dijo Grace. Cuando llegó y alguien le dijo “debes
dormir con un hombre y deshacerte del ‘polvo’ de niña. Si no lo haces,
tu cuerpo se enfermará” quedó pasmada.
Como parte de las actividades del
campamento, al inicio había una demostración en la que se encontraba una
niña acostada, con una de las mujeres mayores encima de ella. “Debes
bailar y tener a un hombre encima de ti, haciéndolo feliz”, le dijeron. A
los 10 años, Grace se percató de que le estaban enseñando a tener sexo.
“Impulsando el matrimonio infantil”
Como las otras niñas en la villa, la
familia de Grace la envió al campamento. No fue traficada ni forzada a
trabajar en el comercio sexual, ella asistía a un ritual tradicional
para las niñas de su comunidad en el sur de Malawi.
“Todos se aseguran de que su hija vaya a
la ceremonia de iniciación para que sea aceptada en la comunidad”, dijo
Jean Mweba, un especialista del programa de educación para la salud
reproductiva y adolescente en el Fondo de Población de las Naciones
Unidas. Los niños y niñas asisten a campamentos separados, donde los
adultos transmiten sus actitudes y creencias sobre sexualidad y la
adultez.
No todas las ceremonias de iniciación en
Malawi alientan a las niñas a tener sexo. Los programas y culturas
varían en todo el país en el que residen varios grupos étnicos e
idiomas. En el sur, donde se enseña a los niños usando contenido
sexualmente explícito, grupos como el Yao y Lomwe, recurren a prácticas
que alientan el sexo premarital, según la Comisión Malawi de Derechos
Humanos, que se encarga de investigar las violaciones a los derechos.
La comisión condena que niñas de tan solo
seis años sean enviadas a dichos campamentos y señaló que al hacerlo se
transgreden “el derecho a la educación, el derecho a la salud, y el
derecho a la libertad personal y dignidad”.
Grupos de derechos humanos e investigadores han reportado casos en los que un hombre, apodado hiena o fisi,
tiene relaciones sexuales con niñas recién iniciadas como parte de la
iniciación. “Los “hiena” dicen que quieren ver si las niñas realmente
maduraron en el campamento y para comprobarlo tienen sexo con ellas”,
dijo una mujer a un grupo de discusión de la Escuela Bloomberg de Salud
Pública de la Universidad Johns Hopkins. Su testimonio fue citado en un
estudio publicado en la revista AIDS CARE en 2012.
“El ‘hiena’ no usa protección, y hay
niñas que contraen VIH por esa causa”, dijo Joyce Mkandawire, consejera
de comunicación en Girls Empowerment Network Malawi, una organización de
derechos de mujeres jóvenes. En Malawi, más del 10% de la población
entre 15 y 49 años tiene VIH/Sida, según datos nacionales.
“No hay beneficio en la educación
sexual”, dijo Mkandawire. “Esto es dañino para las niñas. Este es uno de
los factores que impulsan el matrimonio infantil en Malawi. ¿Por qué
enseñarle a las niñas esto cuando tienen nueve o 10 años?”.
Consecuencias en las niñas
Malawi ocupa el décimo lugar en
matrimonios infantiles en el mundo, de acuerdo con la OMS, la mitad de
sus niños se casan antes de los 18 años. A la par, el país en el que el
35% de todos los embarazos son de madres adolescentes, tiene una de las
mayores tasas de mortalidad maternal del mundo, según Unicef.
Y aunque se sabe que mientras más
pequeñas son las niñas, mayor riesgo tienen de problemas relacionados
con el embarazo como fístulas; una condición que resulta en derramar
orina y heces, sangrados y otras complicaciones. “Nada de esto se
mencionó en el campamento”, dijo Grace.
Durante la mayor parte del tiempo, las
discusiones sobre lo que ocurre en los campamentos de iniciación son
escasas. “No hablas con nadie; ni siquiera con tu madre”, dijo Naomi
Nkhonjera, funcionaria de proyecto con el grupo, Girls Empowerment
Network Malawi.
La niña que dijo ‘no’
Grace es una de las pocas niñas que
hablan sobre su experiencia en el campamento de iniciación. Ahora con 15
años, habló con un grupo de periodistas que visitaron Malawi y les
contó que su campamento de iniciación se llevó a cabo no muy lejos de su
casa y que por una semana las encargadas del campamento les enseñaron
sobre respetar a sus mayores y realizar tareas del hogar, pero también
sobre cómo tener sexo.
Las mujeres mostraron posiciones sexuales. Después, alentaron a las niñas a hacer una “limpieza sexual”, también llamada kuasa fumbi, que
significaba que debían deshacerse de su inexperiencia con el sexo por
medio de la práctica. Le dijeron que si no lo hacía, tendría una
enfermedad en la piel.
No se discutía sobre los riesgos del
embarazo, las enfermedades de transmisión sexual o sobre cómo
protegerse, dijo Grace. “Desde el momento que salí del campamento,
decían que debía ir a hacerme una limpieza sexual”, dijo Grace quien
comentó que cuando sus amigos le instaron a que practicara, se quedó en
casa.
Las niñas a menudo dicen en privado que
odiaron las lecciones sexualmente explícitas, dijo Harriet Chanza, una
funcionaria nacional de salud familiar y población en la OMS. “No tienen
opción”, dijo. “Son forzadas por sus padres y tutores a pasar por estas
cosas. Si alguien se niega, definitivamente sería vista como una
marginada. Hay mucha presión por parte de sus compañeros”.
A pesar de la presión de sus compañeros,
Grace se resistió y no pasó por la llamada “limpieza sexual”. Aprendió
los riesgos asociados con el sexo sin protección de Girls Empowerment
Network, un grupo de chicas locales que trabaja para prevenir los
matrimonios y embarazos infantiles. “Puedes embarazarte, pueden
transmitirte VIH, así que no es bueno para nosotras”, dijo Grace, que
dice que tiene poco interés en practicar lo que aprendió en la
iniciación, o en el matrimonio, por ahora. “Cuando termine de estudiar,
me casaré”, agregó.
Cambios incrementales
“Estamos conscientes de que no todas las
prácticas culturales necesitan detenerse sino que necesitan alguna
modificación para adaptarse a las prácticas de salud modernas e
importantes”, dijo Henry Chimbali, vocero del Ministerio de Salud de
Malawi.
El ministerio emitió un manual de
prácticas culturales para eliminar “prácticas culturales dañinas”, ha
colaborado con lectores locales así como programas establecidos de
divulgación para mantener a los niños en las escuelas así como para
tener acceso a servicios de salud.
En años recientes, hubo mejoras en
indicadores de embarazos precoces, partos en hospitales, menores
incidencias de enfermedades de transmisión sexual, dijo Chimbali. “No
podemos estar seguros de decir que esto es una contribución directa de
los esfuerzos de confrontar las prácticas culturales dañinas, pero
podemos decir con confianza que hay una contribución significativa hacia
este progreso”.
En Malawi, las autoridades y directores
tradicionales tienen poder en el gobierno local y son los custodios
percibidos de la cultura local. Los defensores de los derechos de las
niñas intentaron persuadir a esos líderes de tribus locales para cambiar
la forma en la que los campamentos de iniciación incorporan el
contenido sexual. En Chiradzulu, el distrito donde vive Grace, los
defensores de las niñas convencieron a los funcionarios de revisar y
eliminar el contenido sexual de los campamentos de iniciación.
Grace ahora va a campamentos de
iniciación para hablar con otras niñas sobre los riesgos involucrados en
la actividad sexual temprana. Es progreso, dije Mkandawire. “Pero esta
es solo una comunidad a la que hemos llegado”.
Madison Park estuvo en un viaje de la Fundación de las Naciones Unidas cuando entrevistó a Grace en Malawi.
Fuente: cnn
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