El sexo tiene muchas más utilidades de
las que podríamos pensar. No sólo proporciona placer y forma parte de la
función reproductiva, sino que también cumple un importante rol
psicológico.
Aumenta nuestra autoestima, mejora
nuestra relación de pareja y hasta puede tener efectos beneficiosos para
el cerebro. Pero también puede servir para superar una ruptura, como
pone de manifiesto la gran cantidad de referencias al “sexo de venganza”
que pueden encontrarse en la red.
Quien más, quien menos, tiene un amigo,
un conocido o un familiar (o quizá lo haya experimentado en sus propias
carnes) que, después de una ruptura, especialmente si esta ha sido
traumática, se lanza a los brazos de la promiscuidad como si no hubiese
un mañana. Se suele pensar que en algunos casos se trata de recuperar el
tiempo perdido, pero lo cierto es que, como pone de manifiesto una
nueva investigación, este procedimiento, que es más popular de lo que
cabría pensar, es una habitual salida psicológica a la frustración que
se siente tras una ruptura.
Elevando la autoestima en la cama
“Según la creencia popular, la gente ‘en
recuperación’ es emocionalmente vulnerable debido al incremento en los
niveles de angustia, furia y la disminución de la autoestima que
generalmente acompaña a la pérdida de una pareja”, explican Lindsay L.
Barber y M. Lynne Cooper, psicólogas sociales de la Universidad de
Misuri, en la introducción del estudio, que ha sido publicado en el Archives of Sexual Behavior.
Un 25% aseguró haber hecho el amor como venganza
Las autoras explican de qué manera una
abundancia de relaciones sexuales puede ser una manera para intentar
revertir dicha situación, especialmente en aquellos casos en los que uno
ha sido abandonado o cuando la ruptura significaba el fin de una larga
relación. Hasta un tercio de las personas examinadas reconocían haber
recurrido al sexo para superar una relación, y un 25% aseguró haberlo
hecho por pura venganza contra su ex.
Cuanto más dañina hubiese sido la
ruptura, más probabilidades había de que se incurriese en esta clase de
comportamientos. Otro importante factor es el compromiso que se sentía
hacia la otra mitad de la pareja: cuanto más alto fuese este, más
probable era que los consultados mantuviesen relaciones sexuales con
extraños en un intento de aliviar sus sentimientos negativos.
Un pequeño alivio antes de seguir adelante
“La gente de verdad utiliza el sexo como
una manera de superar la ruptura o de devolvérsela a su pareja”, ha
explicado Lynne Cooper, que también manifestó su sorpresa al darse
cuenta de que no existía ningún estudio psicológico sobre el asunto, a
pesar de ser un concepto cada vez más habitual entre los jóvenes.
La persona media reportó niveles más altos de superación y venganza justo después de la ruptura
La autora, que recordaba que siempre
había estado interesada en “cómo la gente supera las dificultades”,
reunió a 170 universitarios que se habían enfrentado a una ruptura en
los últimos meses, a los que pidió que diesen testimonio durante
alrededor de tres meses de su proceso pasado y presente. Y se encontró
con que la promiscuidad post relación era tan frecuente como dan fe los
34 millones de resultados que se obtienen si se introduce ‘rebound sex’
en Google.
Las investigadoras también averiguaron,
no obstante, que este comportamiento tendía a desaparecer a medida que
pasaba el tiempo. Cinco meses después de la ruptura, aquellos que habían
sido abandonados mantenían un nivel semejante de relaciones sexuales
que aquellos que habían propiciado la separación. “La persona media
reportó niveles más altos de superación y venganza justo después de la
ruptura, que descendieron a lo largo del tiempo”.
Esta habitual desaparición de la
promiscuidad sugiere, por lo tanto, que esta no cumple tanto objetivos
meramente placenteros como psicológicos y que, de esa manera, una vez la
ruptura se ha superado, la necesidad de practicar sexo con otras
personas desciende hasta los niveles habituales.
Un duro retorno a la realidad
Que esta sea una práctica popular no
quiere decir que tenga por qué funcionar ni repercutir siempre de forma
positiva, recuerdan las autoras, que admiten que no saben si sirve para
algo más que para quedarse a gusto. Lo más probable, recuerdan, es que
cada cual reaccione de una manera completamente distinta, aunque puedan
existir patrones semejantes aún por estudiar.
Estas personas pueden tener más dificultades para seguir adelante y establecer nuevas relaciones
La autoestima, por lo general, apenas se
vio afectada por este comportamiento, lo que lleva a las autoras a
asegurar que se trata de un factor que apenas cambia a lo largo del
tiempo. Sin embargo, sí identificaron que los que mantenían un mayor
nivel de relaciones sexuales tras la separación estaban más inclinados a
tener relaciones con extraños a largo plazo.
Más bien, este comportamiento puede tener
sus contrapartidas, puesto que las personas que recurren al ‘sexo de
venganza’ también están más inclinadas a mantener relaciones sexuales de
riesgo, y existe la posibilidad enunciada por el estudio “de que tengan
más dificultades para seguir adelante y establecer nuevas relaciones”.
Fuente: elconfidencial.com
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