Si eres tú una de las mujeres a las que no les gusta practicarlo, o que te lo practiquen, que sepas que no eres la única.
Hay muchas mujeres que no viven bien este
tipo de prácticas por diversas razones. Entre otras, estas tres serían
las más comunes: porque te desagrada el olor o sabor; porque te da
vergüenza o te parece una práctica “sucia” a nivel moral; o porque te
sientes utilizada.
Si es porque te genera rechazo el olor o
sabor de los genitales de tu pareja, o de los tuyos propios pues temes
que a tu pareja no le guste y por eso no quieres que él baje, no te
preocupes, porque hay soluciones. A continuación te planteo algunas
sugerencias que te pueden ayudar.
Lo primero es llevar una higiene
adecuada. Si sabes que te influye este tema, lo mejor es que os deis una
ducha antes de mantener relaciones sexuales. Si no lo hace él por sí
mismo, pídeselo tú, no te cortes. Incluso puedes proponerle una ducha a
dos, seguro que le encanta la propuesta y es un buen momento para
comenzar a poneros “a tono” el uno al otro. La higiene es fundamental.
Ten en cuenta que, tanto en nosotras como en ellos, y en cualquier
mamífero, se suele acumular en los genitales el llamado esmegma, y puede
generar un olor intenso y desagradable para algunas personas.
Una vez propuesta la ducha, erótica o no,
si os sigue desagradando el olor genital, os propongo que utilicéis
preservativos, lubricantes o polvos de sabores y olores, asegúrate de
que son comestibles. Aplícalos sobre sus genitales y prueba a ver qué
tal. Aparte de ayudarte con el olor y sabor, puede resultar muy
divertido jugar adivinar qué fruta toca comer hoy.
Si tu motivo es que sientes vergüenza
cuando te lo practican y te sientes incómoda, o bien por una cuestión
moral, religiosa, o bien porque no te gusta, sin más, y sin embargo te
sientes presionada por tu pareja, por ejemplo, tienes que saber que es
normal que en estas condiciones no llegues a disfrutar de la práctica y
prefieras directamente que no te lo hagan. Si es así, ten en cuenta que
esto también puede cambiar si lo deseas. Por lo general una buena
educación sexual, desterrando mitos y tabúes, y trabajar nuestra
autoestima, puede conseguir que acabes disfrutando de esta práctica que
puede resultar muy placentera. O por el contrario, si no quieres de
ninguna manera hacerlo ni que te lo hagan, trabajar tu autoestima y
asertividad y la comunicación con tu pareja, para saber decir “No” sin
sentirte culpable o generar conflicto, te ayudará enormemente. Pero no
estás sola, para ayudarte estamos los profesionales de la psicología y
sexología que te podremos guiar para obtener tus objetivos y cumplir tus
deseos, si lo necesitas.
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