jueves, 24 de julio de 2014

Transexualidad. Los pasos para el género correcto.

Las personas transexuales son aquellas que se identifican con el género contrario al que representan.


Hombres, atrapados en cuerpos de mujer. Mujeres que nacen como hombres. La mente de estas personas les dice que no se corresponde su apariencia física y su realidad biológica con lo que son, realmente.

Conflictos de personalidad
El primer conflicto emocional surge en una persona transexual desde muy temprana edad. Niñas que, no solo no se identifican con su supuesta identidad femenina, sino que aborrecen todo lo que representa y envidian a sus hermanos o compañeros varones. O niños que, además de sentirse más cercanos al género femenino, sienten aversión por su propio físico masculino. Esto desencadena graves conflictos emocionales, que pueden afectar la estabilidad mental.
Los transexuales no son gay o lesbianas, realmente, aunque la mayoría se acaba identificando con esos colectivos durante la pubertad y adolescencia. Mientras que el homosexual masculino o femenino asume sentirse atraído por personas de su mismo sexo, pero sin sentir incomodidad con su propio género, los transexuales anhelan ser incluidos entre las personas del género contrario al que aparentan exteriormente. Pero también hay que diferenciar entre transexualidad y otras orientaciones de género, como el travestismo, cuyos integrantes disfrutan representando el rol del otro sexo, pero tampoco se sienten a disgusto con el propio.
Por eso, aunque durante una etapa de sus vidas se crean homosexuales, el problema emocional persiste, a menos que se les realice un diagnóstico acertado y a tiempo. Comprender qué ocurre realmente, evita muchas otras complicaciones emocionales, aunque lleva de forma inevitable al deseo fervoroso de “cambiar de sexo”, lo que clínicamente se define como “reasignación sexual”, de modo más correcto.

Consultar a los expertos médicos
La persona que se sienta a disgusto con su género sexual exterior, debe buscar la asesoría psicológica precisa, antes de cualquier tratamiento médico. En ese sentido, en casi todos los países que contemplan la posibilidad del transgénero, la Unidad de Trastornos de Identidad de Género les informará y orientará hacia los profesionales más convenientes.
Los peligros de secuelas graves, efectos no deseados y enfermedades, por automedicación con hormonas y otros fármacos o tratamientos, para cambiar el aspecto físico, se agravan de no mediar la vigilancia médica adecuada.

Hormonas para empezar
Iniciado el proceso, el endocrino indicará cómo empezar con la ingesta de hormonas, dependiendo de las circunstancias físicas y la edad de cada paciente. Los cambios físicos suelen ser espectaculares y alentadores para la persona que desea cambiar su aspecto sexual exterior.
Pero el trayecto es duro, y necesita de tiempo. Muchos profesionales de la medicina, aconsejan iniciarlo a edades cuanto más tempranas mejor. Pero esto es muchas veces complicado de conseguir, debido no solo a las dudas y confusión inicial del propio interesado, sino a los inconvenientes sociales o legales. Por ejemplo, los expertos indican que, una cirugía de re asignación sexual (GRS, por sus siglas en inglés) tiene menos riesgos y posibilidades de secuelas adversas cuando se realiza en adolescentes o personas muy jóvenes, que en adultos. Pero la legislación vigente en muchos países prohíbe someterse a esas operaciones antes de cumplir la mayoría de edad. Previo a la cirugía, el tratamiento con hormonas (femeninas o masculinas), suele durar un mínimo de año y medio o dos años.

Cuando llega la operación
Los transexuales que se someten a este costoso y largo proceso para obtener su deseada identidad sexual, ven la cirugía que los transformará, externamente, en hombre o mujeres, como el momento definitivo de su conversión en las personas que desean ser.
Los nacidos como chicos que se sienten chicas, lo tienen más fácil para la cirugía de re asignación genital, en su morfología, que el caso contrario, aparentes chicas que desean ser chicos. Obviamente, la transformación de un cuerpo masculino en femenino precisa menos cirugía que la de un cuerpo femenino en masculino, que es bastante más radical y complicado. La reasignación genital de mujer a hombre, necesita de la extirpación de los senos (mastectomía bilateral), la de los ovarios (histerectomía y anexectomía), y la de reconstrucción de genitales similares a los masculinos(metaidoioplastia).
No obstante, la mayoría de estas personas tratadas para la adecuación sexual física y mental, se sienten muy satisfechas de los resultados, que les permiten reconciliarse con su aspecto y presentarse como quienes quieren ser.

Ante la sociedad
Muchos son los tabúes y mitos que se han forjado hacia la transexualidad. Es conveniente, en justicia, valorar el duro trance psíquico y físico que éstas personas se avienen a afrontar, con tal de conseguir su identidad real, para darse cuenta de la gran valentía y la necesidad vital que para ellas representa todo el proceso.
Poco a poco, se destierran las burlas y frivolidad con que eran tratados estos temas en el pasado reciente. La transexualidad va siendo admitida en la sociedades más desarrolladas, e incluso legalmente se permiten cambios administrativos de nombre y género.

Fuente about.com

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