Alguna vez reputada como el método último
que nos ayudaría a entender, finalmente, el mundo en el que vivimos, la
sierva de los intereses de la humanidad que nos descubría los secretos
últimos de nuestro entorno y aun de nosotros mismos, la ciencia ha caído
sin embargo, sobre todo en tiempo recientes, en cierto descrédito,
según se alega a veces la lejanía que existe entre sus hallazgos y sus
inquietudes y la preocupaciones del hombre común y corriente.
Sin embargo, esta es una premisa falsa,
pues tarde o temprano el desarrollo científico termina impactando
incluso en la vida que podría considerarse más normal y carente de
sobresaltos.
Como muestra, ofrecemos a nuestros
lectores este listado de 10 consejos netamente científicos ―esto es,
resultado del conocimiento obtenido en un laboratorio, un centro de
investigación, gracias a un procedimiento metódico y sistemático de
prueba y verificación― para incrementar la sensualidad del cuerpo y el
espíritu, para mostrarse más atractivo pero no de una manera huera y
vacía sino, por el contrario, con todo el aval que da la ciencia y sus
bondades. Algunas de estas averiguaciones científicas podrían pasar como
algo engañosas –el género que utiliza todo tipo recursos para crear la
ilusión de la belleza o la fuerza erótica–, pero también se podría
argumentar que en el hombre la cultura es inextricable de la naturaleza,
y por lo tanto el artificio, la técnica, es algo natural, parte
consustancial de la expresión humana.
1. Sonríe
La sonrisa es el cosmético natural más
efectivo para potenciar tu belleza física. Su impacto sobre las otras
personas es inmediato y también sobre ti mismo. Además, es también el
más asequible, pues cualquiera puede hacerse de sus beneficios con tan
solo accionar los músculos adecuados. De acuerdo con el estudio
“Integrating Gaze Direction and Expression in Preferences for Attractive
Faces”, la gente tiende a jugar mucho más atractivas a personas que
sonríen que a quienes no lo hacen. En el caso de las mujeres, la
felicidad fue considerada por hombres canadienses la cualidad más
atractiva, por encima de otras emociones como el orgullo o la vergüenza
y, en los hombres, parece ser que el recurso causa mucha mejor impresión
cuando se sonríe lentamente
2. Duerme
El descanso es, desde tiempos remotos,
otra de las prácticas habituales y conocidas para conservar la beldad
del cuerpo. El sueño que repara y embellece es menos una conseja popular
o materna que una realidad física. De acuerdo con una investigación
realizada en el Laboratorio del Sueño de Estocolmo, Suecia, las personas
que no duermen lo suficiente parecen menos saludables atractivas que
quienes descansan bien.
3. Viste de rojo
Seas mujer u hombre, el rojo es el color
del atractivo físico por antonomasia. En las mujeres, el color rojo se
interpreta por parte de los hombres como símbolo de disponibilidad sexual y fertilidad, al parecer como reminiscencia evolutiva de los
tiempos prehistóricos en que el rubor del rostro era consecuencia de
altos niveles de estrógeno en el cuerpo femenino, señales inequívocas de
apareamiento para los machos. En el caso de los hombres, no queda claro
por qué las mujeres también encuentran más atractivos a quienes visten
de rojo, pero al parecer sí sucede. Se conjetura que, en ambos sexos,
“el color rojo actúa como un comportamiento reproductivo relevante,
básico y no lexicológico”.
4. Hombres: rasúrense
Según una encuesta llevada a cabo en el
sitio Judg.me, los hombres con barba son percibidos generalmente como
sociables, mientras que quienes se dejan el bigote se les asocia con la
introversión. Curiosamente, quienes se rasuran son percibidos por las
mujeres tan sociables como inteligentes, en especial cuando se observa
esa sombra sutil del vello facial que empieza a crecer justo después de
afeitarse.
5. Hombres, mentón arriba; mujeres, mentón abajo
La primera impresión es la que cuenta,
asegura la sabiduría popular, y desde una perspectiva de psicología
evolucionista, en los hombres esta impresión es mucho más favorecedora
si se muestran con el mentón en alto, lo cual disminuye el dimorfismo
natural del rostro, mientras que en las mujeres este mismo efecto
benéfico se consigue bajando ligeramente la barbilla. Vistos así, los
participantes del experimento que llegó a dichas conclusiones aseguraron
que tales posturas incrementaban la masculinidad, la feminidad y el
atractivo de cada individuo, respectivamente,
6. Hombres: voz profunda y dominante; mujeres, apuesten por la feminidad
Como se ve, todo este asunto mucho tiene
de primitivo, por lo cual no sorprende que una voz profunda y dominante
en un hombre sea percibida como elemento atractivo en las mujeres, según
parece porque existe una relación ente el tono de voz y la capacidad
reproductiva del hombre. En el caso de las mujeres, la “feminidad” de la
voz, definida sobre todo por su frecuencia, es, previsiblemente, mucho
más sensual para un hombre, aunque las mujeres también se sirven de este
recurso, más o menos conscientemente, para neutralizar posibles
competidoras.
7. Cuida tu altura (real o metafórica)
En tiempos pasados, la corpulencia era en
los hombres su carta más fuerte para hacerse de una pareja femenina,
quien, por otra parte, evolucionó para hacer de la vulnerabilidad el
fundamento de su atractivo. Ahora, sin embargo, esa grandeza física
puede compensarse de otra manera: un hombre puede no ser alto, pero sí
ganar más dinero que un hombre alto, y eso es suficiente para una
posible compañera; en las mujeres, a pesar de que sigue siendo una
realidad que los hombres de mayor estatura son mucho más exitosos
reproductivamente que los de baja, situación exactamente contraria a la
de las mujeres, entre quienes las más bajas, en términos de altura, son
las que tienen mayor probabilidad de reproducirse.
8. Cede al estereotipo: usa maquillaje y saca provecho tus senos
Es una lástima, pero en el ámbito sexual (y probablemente en muchos otros), el macho del Homo sapiens hace
poco honor a esta nomenclatura y, por el contrario, se maneja en un
nivel más bien primitivo y elemental. En el caso del
maquillaje, diversos estudios muestran que lo mismo llama más la
atención de los hombres que le considera signo de solvencia económica e
incluso de independencia. Los senos tienen un efecto parecido pero mucho
más notorio: las mujeres de senos grandes o vistosos consiguen,
sí, mucho más cortejo masculino.
9. Cede al estereotipo: muéstrate confiado y seguro, despilfarrador y musculuso
Los estereotipos reciben este nombre por
una razón: funcionan. Miles o millones de mentes que creen que,
efectivamente, la masculinidad es sinónimo de confianza y seguridad en
uno mismo, como el macho alfa que cuida a su manada y jamás la
abandona. Las mujeres se dejan seducir por hombres cuyo primer contacto
va acompañado del lenguaje corporal de la seguridad. Asimismo, una
investigación psicológica reciente mostró que los hombres menos
estresados son significativamente más atractivos para las mujeres. Para
decepción de muchos, la mujer parece no interesarse en la capacidad
intelectual de su posible hombre, se trate de una supermodelo o una
mujer común, para quienes la inteligencia es la última de las cualidades
masculinas consideradas sensuales.
10. La solución desesperada
Si nada de esto te convence o,
simplemente, no estás dispuesto a cambiar un ápice de tu personalidad o
de tu físico, recurre al viejo truco hacerte acompañar de un amigo que
es sumamente parecido a ti ―la misma estatura, el mismo color de piel y
cabello, una complexión similar― pero es que sutil o francamente menos
atractivo que tú. Sorprendentemente, en rituales de apareamiento, esto
funciona, o al menos eso es lo que concluyó la psicóloga Constantine
Sedikides de la Universidad de Southampton, en Inglaterra, quien llevó a
cabo un experimento en que, efectivamente, una persona tiende a
establecer una comparación inconsciente entre dos desconocidos que se
presentan juntos e inclinarse por el más atractivo de los dos, al
parecer partiendo de la premisa de que el otro es alguien con quien
nunca saldría.
Fuente avantsex.com
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