domingo, 27 de julio de 2014

Del misionero y el 69 al ‘cancaneo’.

La sexualidad ha encontrado en el lenguaje un verdadero cómplice. Conozca la nueva jerga.



¿A qué les suena la palabra ‘cancaneo’? Lo admito: en un primer momento hubiera jurado que era el término para describir el tartamudeo, pero no. En el diccionario del sexo, que es uno de los más funcionales que existen, significa sostener un polvo en lugares públicos. Es, valga aclararlo, el mismo dogging.

La sexualidad ha encontrado en el lenguaje un verdadero cómplice, al punto de que muchas de las imaginativas palabras que la gente usa para referirse al aquello y sus bemoles, ni siquiera tienen una base etimológica, sino que se construyen y hacen carrera a partir de la picardía, del uso, del modo y de las costumbres.

¿Qué tal, por ejemplo, la palabra ‘cubana’? A ver, sáquense de la cabeza la imagen de una isleña habanera, porque a eso no se refiere.

En el consabido diccionario de marras se describe como una práctica durante la cual los señores se las ingenian para proveerse placer con los senos de su pareja, como principales protagonistas. Hasta ahí.
Antes de dejarlos divagar en el concepto, aquí les van otros: el foot job, cuyos asiduos hacen todo (toooodo) con los pies y el coolidge, que consiste en hacerlo en presencia de otras personas. Por su rareza, algunos términos no dejan lugar para la imaginación y hasta cuesta un poco entender de dónde salieron.

Para la muestra están la gregomulcia, que es la excitación que se siente al ser tocado por un desconocido en medio de la multitud, y la ligerastia, reservada para quienes solo se excitan en la oscuridad. El bondage, por su parte, dejó de cargar con su significado sadomasoquista para invadir la sensualidad que algunos experimentan al amarrar o ser atados durante el aquello.

Hoy, además, se habla de tickling y no de cosquillas eróticas; de squirt, en lugar de eyaculación femenina, y de foxy bikini a la peluquería con diseño en el abajo.

En fin, el triolismo o disfrutar mientras la pareja lo hace con otro, suena raro, como todo lo anterior, pero en un futuro, que ojalá no sea lejano, estos términos serán tan comunes como ‘el perrito’, ‘felación’, ‘misionero’, ‘el 69’, ‘el helicóptero’, ‘el rapidito’, ‘el mañanero’ y el socorrido ‘polvo’ de esta columna que tanto escandaliza a algunos. Hasta luego.

Fuente eltiempo.com

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