martes, 22 de julio de 2014

Para hacer una buena mamada.

Como todo en esta vida una buena mamada también tiene su técnica¿A quén no le gusta que se lo coman rico? Pues es tan sencillo como saborear un caramelo.


Lo primero para el arte de la felación es no tener asco a los penes.  No pongas cara de búho, es muy normal.  También es cierto que hay gente a la que le desagrada el olor o el sabor del sexo. Quizá por tabúes incrustados o por malas experiencias del pasado,  por creer que es algo anti-higiénico o por desconocimiento de lo que tienen entre manos.
Pero bueno si eso pasa, siempre puedes arreglártelas para tomar una ducha juntos o símplemente darle un baño erótico como sólo tu sabes… así, limpito y perfumado es más agradable para primeros acercamientos y traspasar barreras mentales o culturales.
Para los que no tienen complciaciones graves y aún así se sienten reacios y reacias a comerse la berenjena, sólo de decirles que sentir es parte de ser humano.  Los olores y sabores del cuerpo (siempre dentro de unos hábitos higiénicos saludables) son normales, naturales e incluso -si se les pierde el miedo- muy excitantes.

Lo segundo y también muy importante es deshacerse de la flojera.
 La frase ¡Ay no que paja! Ya no sirve más. En el sexo no puede existir el egoismo porque entonces se rompe el hechizo de la pasión. Hay que dar, dar y seguir dando, así consigues recibir.
El premio debe ser el disfrute de tu amante. Ver cómo se retuerce de placer, se le agarrotan los dedos de los pies, o la cara que pone cuando pasas la lengua por un sitio sensible. En su placer reside absolutamente el tuyo, y más.
Manos a la obra…
Para hacer una buena mamada hay que empezar poco a poco. Eso de que los hombres sólo tienen sensibilidad en la punta del pepino es mentira y muy injusto.  Empieza besándole el vientre, la ingle, recorre sus caderas. Cambia a pequeños mordiscos, usa las manos, olfatea su vello púbico… cada uno tiene su estilo y tu encontrarás el tuyo si te dejas llevar.
Luego toma su miembro y obsérvalo, dale besos, juega con él. Que no sea un trámite sino que ambos disfruten la experiencia. Conversa con su pene (metafóricamente, no en el sentido literal, aunque claro en gustos..tu sabes y si quieres hablarle.  adelante… **** ) analiza su funcionamiento, como se va poniendo duro, como reacciona al tacto de tus labios.
No te lo metas en la boca de golpe. Juega al despiste**** . Acércate la cabeza a la boca lámelo un poco y vuelve a bajar por el cuerpo del pene. Varias veces, cada vez un poco más dentro de tu boca hasta que introducirlo del todo. Así aumentas la excitación y mejoras todo el proceso. Todo está en la mente.
Una vez dentro de la boca, cada uno debe echarle imaginación. Lo importante es ir cambiando los ritmos y las formas de estimulacón. Por ejemplo, empezar con lametones superficiales, luego aprisionarlo con toda la boca, estrangularlo con los labios, frotarlo con la lengua, hasta el fondo de la garganta, rápido y deprisa, profundo y suave.

Si quieres que tu performance sea redondita,  echa toda la carne a las brasas y llévale al orgasmo.
Deja que eyacule con libertad, el dónde va en la picardía de cada uno (boca, senos, trasero, vientre, genitales…)
La mayoría de los hombres necesitan un ritmo rápido de estimulación para acabar, pero cada hombre es un mundo y eso es relativo, depende mucho del grado de excitación del varón y de la entrega de su amante.
Si han segido las instrucciones con amor y dedicación, tratando de darle placer todo el rato será sencillo conducirle hasta el abismo del orgasmo y sintonizar con su placer.
Si con todos estos consejos no consigues disfrutar de hacerle un buen sexo oral a tu pareja, prueba a acompañar el plátano con leche condensada, manjar, chocolate líquido o cualquier cosa dulce y rica que te obligue a lamerlo con pasión. Este truco es válido para cualquiera, y muy muy excitante.
Y si aun el tema del aroma y el sabor te complican,  en la tienda tenemos lubricantes que eliminan efectivamente aromas y sabores corporales:  De origen canadiense, son comestibles, en base a agua,  especialmente diseñados para solucionar el problema. También hay pinturas corporales comestibles en base a agua,  con un sabor y dulzura afrodisíacos.
Recopilando lo importante es perderle el miedo o el asco a los genitales dando por echo que son partes del cuerpo, naturales y no sucias ni agresivas. Lo segundo es la proactividad y dedicación, como si fuese para uno mismo. Y lo tercero es dominar el juego del ritmo y la estimulación para excitarle hasta el extremo,  y hacer que estalle de placer como una botella de champagne recién agitada. ¡PUMM!!
Recuerda: Toda práctica sexual conlleva algunos riesgos.  Infórmate y por sobre todo, disfruta la experiencia!
Esperamos que este post te haya resultado útil y entretenido. Recuerda comentar si deseas aportar algo y compartir con sus amigos para ayudarnos a llevar la sabiduría y disfrute sexual a todos los rincones.

Fuente fetish.cl

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