Las enseñanzas tántricas resaltan el hecho que la penetración ocurre dentro del cuerpo de la mujer.
Mientras que para el hombre su pene es un
órgano externo, para la mujer su vagina está oculta y resguardada
dentro. Por ello, la mujer está muy consciente que la unión sexual
sucede dentro de ella, en especial si se encuentra conectada con el
potencial erótico de su vagina y útero, y no centrada predominantemente
en su clítoris. Cuando la mujer recibe a un hombre sexualmente, también
lo recibe con su corazón, en lo más profundo de su ser.
Tal vez para los hombres esta experiencia
de ser acogido por la mujer al momento de penetrar sea menos obvia.
Cualquier hombre puede introducir su pene en la vagina de una mujer,
sentir placer con la fricción y eyacular. A veces este acto puede ser
bastante físico y mecánico. Las sensaciones o sentimientos tal vez estén
más asociados al acto de penetrar, al erotismo del momento, y a la
facilidad o dificultad al momento de introducirse, que al hecho de ser
acogido afectiva y energéticamente por la mujer. Esto puede pasarse por
alto o simplemente no notarse. La penetración al estilo tántrico permite
que se produzca esa zona de conexión y comunicación energética entre
los géneros, necesaria para que la entrega amorosa entre ambos se
produzca. Veamos de qué manera.
Penetra muy lentamente
Toda penetración es como un portal que te
conduce hacia un universo distinto. El momento justo antes de penetrar
es clave. Estás tú allí anhelando entrar. Está ella, expectante y
deseando que la penetres. Es la magia de la naturaleza que coloca a un
hombre y una mujer en su respectiva polaridad sexual: la mujer dispuesta
a recibir y el hombre dispuesto a dar, a adorar activamente a su
compañera. Se comienza a producir el intercambio electromagnético entre
las energías sexuales femeninas y masculinas.
Para que el momento sea más intenso, el
sexo tántrico sugiere que penetres con mucha lentitud, estando
consciente de cada gesto, cada mirada, saboreando el momento presente.
Siente la expansión de tu pene, el aumento en su temperatura, longitud y
grosor. Siente como va sumergiéndose poco a poco dentro, en ese
ambiente agradable, cálido y húmedo. Siente como tu vagina se expande y
humedece, siente cmo vibra con placer, como acoge al pene, hasta
envolverlo y absorberlo por completo en tus cálidas y amorosas
profundidades.
Siente las diferencias energéticas entre la penetración superficial y la penetración profunda
La penetración superficial implica mover
el pene desde la abertura vaginal hasta unos 7 centímetros dentro de la
vagina. Estos movimientos estimulan principalmente el clítoris y el
punto G, ubicado en la pared anterior de la vagina. La penetración
profunda significa llegar tan profundamente como puedas dentro de tu
amante, hasta tocar o estar cerca de su cérvix (cuello uterino).
Al inicio del encuentro sexual, realiza
mayor cantidad de penetraciones superficiales que profundas. A medida
que desarrollas tu sensibilidad para percibir el flujo de la energía
femenina, una buena regla es realizar 9 penetraciones superficiales por
cada penetración profunda. Al “negarte” a penetrar profundamente desde
el comienzo, las penetraciones superficiales irán encendiendo cada vez
más el deseo femenino. Ella ansiará ser penetrada por completo. Su
rendición a la energía masculina será mayor en este momento, cuando su
cuerpo y su corazón están más abiertos y confiados. A su vez, el hombre
acumula el deseo de penetrar a su compañera hasta llegar tan
profundamente como pueda.
Cuando al fin penetres muy profundamente,
visualiza y siente tu pene extendiéndose mucho más allá de su longitud
física. Imagina que la energía de tu pene se extiende a través del
útero, hasta alcanzar el corazón y luego la cabeza de tu pareja.
Mientras te mantienes profundamente dentro entregando tu amor, siente
como ella recibe amorosamente tu energía, mientras tú también te
entregas hasta desaparecer en los brazos de tu amante… hasta
experimentar una unión tan completa que no percibirás separación alguna
entre ambos.
Explorar la vagina con mil movimientos amorosos
El trabajo del hombre es muy sutil porque
incluye una gran cantidad de movimientos de la pelvis y los genitales
para explorar todos los contornos y pliegues de la vagina. La labor de
la mujer es acoger al hombre y dejarse llevar por el amor y la energía
de vida. Ella sólo necesita abrirse, entregarse, dejarse llevar y
abrirse aún más, física, emocional y energéticamente. Parece sencillo,
pero implica conocerse a si misma, confiar en la pareja, conectarse con
su sexualidad y desarrollar su capacidad de amar.
Son importantes los pequeños movimientos
dentro de la vagina de tu compañera. Es importante también explorar su
entrada. Además de las penetraciones profundas y superficiales, prueba a
realizar giros, rotaciones y vibraciones. Estos movimientos y la
variedad en las penetraciones te ayudarán y ayudarán a tu pareja a
abrirse al amor. También experimentarán más capacidad para sentir
placer, podrán potenciar y hacer circular la energía sexual por todo el
cuerpo. Todo esto genera una mejor salud y vitalidad.
La vagina se abre de placer y el corazón femenino se expande de amor
El amante tántrico puede usar la fuerza
sanadora de su pene para liberar nudos y bloqueos que impiden la
completa expresión y entrega sexual de su pareja a nivel energético y
emocional. Para ello, debes penetrarla de manera tierna y profunda. Sin
embargo, si ella se encuentra cerrada emocionalmente, herida en sus
sentimientos o ha sufrido trauma sexual, deberás limitarte a las
penetraciones superficiales – suaves y cuidadosas – hasta lograr que
ella se vaya abriendo lentamente. Esto podría tomarte unos minutos,
varios días o algunos meses. Gracias a tu amorosa intención al momento
de penetrar, ella llegará a confiar en ti y abrirá su vagina, su corazón
y su alma con completo abandono. Recibirá de ti la profundidad
arrasadora de tu amor y ambos la dicha de la total entrega sexual.
Fuente about.com
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